A veces la ceguera de nuestra mente se pierde en el olvido de nuestra esencia, agobiándose de sentimientos que no son tales, sino distorsionados por una realidad que pareciera ocultar aquello que solo nuestra alma puede ver y sentir.
Nuestra interpretación de sentimientos suele ser una mera explicación de un miedo que nos envuelve, miedo a encontrar plenitud de ese alma ignorada, muchas veces por buscar explicaciones a aquello que no lo tiene.
Racionalizar lo que sentimos nos impide verlo, explicar lo que somos nos aleja de nuestra naturaleza.
Cuando nos cuestionamos nuestra vida, nuestros resultados, relaciones, y tantas cosas que solemos poner en análisis, omitimos la forma en que estamos observándolo.
A veces, solo se trata de cambiar la mirada: Ojos nuevos para una misma realidad
En QUAZARUM te entrenamos para que observes y te observes. El mundo exterior es la manifestación de lo que observas. Aprender a observarte es la clave de tu evolución como persona y por ende, de tus resultados.
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